La Asociación Tarifeña para la Defensa del Patrimonio Cultural, Mellaria ha denunciado la negligencia que lleva padeciendo desde hace demasiados años" el Castillo de Guzmán el Bueno, de Tarifa. La asociación cultural señala que la alcazaba árabe del siglo diez, carece de mantenimiento, cuidado y vigilancia. Además apunta a que las obras que se están llevando a cabo para su adaptación a un futuro museo. De hecho, la asociación solicitó la paralización de las obras atendiendo y exigiendo unas obras de restauración continuas y globales, respetando su historia y facilitando a todos su disfrute a través de una visita y una estampa acordes a su esencia en diacronía.
Las obras del castillo de Guzmán el Bueno se reanudaron en junio pasado. Con un presupuesto global de 700 mil euros, las obras de remodelación consisten en actuaciones en la conservación de la parte estructural y la arqueológica. Aún queda por asumir actuaciones relacionadas con la solería, enlucidos y otras actuaciones de embellecimiento.
Mellaria efectúa de nuevo estas reclamaciones a través de la edición del número 38 de su boletín de mano, “Puerta de Jerez”, en el que también constata su malestar por el estado de “dejadez” al que las diferentes administraciones tienen sometido al castillo y cerro de Santa Catalina tras la orden judicial que paralizaron las obras, de igual modo denunciadas por el colectivo cultural que ahora manifiesta su asombro y rechazo por “la decisión errónea del Consistorio de modificar la calificación de su parcela, declarada como Cultural en el avance del PGOU del año 2004, a un uso terciario comercial donde cabe la posibilidad de construcciones ajenas y perjudiciales a estos Bienes de Interés Cultural”.
La reclamación de “un mantenimiento permanente para monumentos como la fuente de la Plaza del Mesón –donde no es extraño ver a algún vehículo aparcado sobre ella-, el pozo de la calle Pozo y otros monumentos” también tiene cabida en el boletín de mano de la asociación. Para ello Mellaria solicitan al alcalde la creación de una cuadrilla de obreros que con cierta periodicidad “vele por nuestro patrimonio”.
En su editorial, Mellaria lamenta que numerosas reivindicaciones planteadas al edil el pasado mayo, como titular del área de Cultura, hayan quedado desgraciadamente insatisfechas.
Mellaria también tiene lugar en su boletín para el agradecimiento y ha hecho ver su satisfacción por el arreglo de la hornacina de la Puerta de Jerez que acoge nuevamente al Cristo de los vientos de Pérez Villalta, la retirada de la acacia de la muralla en la Puerta del Retiro, o el adecentamiento y ajardinamiento de zonas como las proximidades del castillo.
Las actividades del colectivo, subrayando los premios Isidro de Peralta entregados el pasado mes de febrero a Juan Antonio Patrón por su colaboración en la restauración del Cristo de las Ánimas y a Gonzalo Mendiola Prada por la restauración de la vivienda situada en el número 10 de la calle Guzmán el Bueno, completan un nuevo número de Puerta de Jerez.

Se alza en el cerro de Santa Catalina, que tuvo usos defensivos en varias épocas, sobre una pequeña elevación del terreno. Es un edificio de 1929, construido en estilo renacentista, hasta hace poco contenía un observatorio meteorológico, que era el más meridional de Europa. Es un monumento protegido desde 1949.

El castillo de Guzmán el Bueno es el monumento por excelencia de la ciudad de Tarifa. Está situado en una elevación del terreno, frente al mar. De aquí parte la muralla que rodea a Tarifa. Fue construido en piedra en el año 960 por orden del califa Abderramán III, sobre las ruinas de un antiguo poblado romano. El alcázar fue posteriormente ganado por los cristianos, en 1292. Su planta es trapezoidal, situándose en los ángulos torres cuadradas, guardando una distancia de separación equidistante entre ellas, dando impresión de solidez. Su interior está formado por dos patios de armas, separados por una galería de dos plantas. Adosadas a las murallas, existen largas y estrechas naves de carácter militar. La base de la defensa del castillo es la parte superior de las murallas (adarve), rematada con almenas. De las quince torres originales del siglo X, macizas y de altura superior a los muros, faltan hoy dos del sector este que nunca se reconstruyeron. En el siglo XIV se abrieron ventanas y se levantó una impresionante torre del Homenaje, al sur, que originalmente tuvo el doble de la altura actual. La puerta principal del castillo se encuentra en el frente oeste, defendida por dos torres. En la actualidad el exterior de esta puerta se remata en un arco de medio punto, pero al parecer, fue de herradura en origen. Además, el castillo o alcazaba tiene una puerta más pequeña en el lado este, incluso se ha encontrado otra puerta secundaria más, en la muralla norte, pero tapiada. El castillo de Guzmán el Bueno fue reformado para la defensa de los piratas a principios del siglo XVII. En el siglo XVIII se adaptaron parte de las murallas para la instalación de artillería.

El Torreon

El Torreón de Guzmán el Bueno fue, para unos, construido por los almohades del siglo XII, para otros ya por los cristianos en el siglo XIV. Se trata de una torre albarrana (separada del castillo y unida a él mediante una muralla -coracha- de unos 40 metros). Es de planta octogonal, hasta el siglo XIX medía 20 metros de altura pero en la actualidad está igualada a la muralla. La torre quedaba en una de las esquinas del recinto amurallado. Esta torre fue construida en argamasa, y se la conoce por el nombre de torre de Guzmán el Bueno, en honor a este personaje. La historia cuenta que dejó que degollaran a su hijo - incluso él mismo facilitó el puñal - antes que entregar la plaza. Junto a la puerta del castillo, a los pies de la torre octogonal hay un monumento dedicado a Sancho IV en el VII centenario de la toma de Tarifa.